La ciudad sigue avanzando con nuevas obras, con un uso estratégico de fondos propios y gestionados ante Nación. El intendente Gennuso focaliza obras esenciales en los barrios del Sur, los más postergados durante las décadas anteriores. La dificultad que plantean los barrios no regularizados.
En las últimas tres décadas, Bariloche prácticamente duplicó su población, y la tendencia parece mantenerse. Gran parte de ese crecimiento demográfico se dio en el Sur de la ciudad. Allí se concentran la mayoría de los barrios más vulnerables de la ciudad. El turismo suele omitir ese sector, pero el Municipio de Bariloche ha puesto el foco precisamente allí, destinando a ese sector gran parte de las obras de servicios e infraestructura de los últimos 6 años.
Cuando asumió a fines de 2015 en su primer mandato, el intendente Gustavo Gennuso se comprometió a dirigir su mirada al Sur, a la llamada Pampa de Huenuleo, en el valle formado entre los cerros Otto y Ventana que tiene muchos desafíos geográficos a la hora de plantear obras. Por su altura, lo afectan más las nevadas y lluvias, está lejos de las principales fuentes de agua, sus desniveles dificultan el transporte y el tendido de servicios. El desafío fue entonces llevar servicios esenciales que permitieran a los vecinos del Sur acceder a una mejor calidad de vida: redes de gas natural, cloacas, pavimento, agua potable. Y en muchos casos, la gestión de Gennuso se enfrentó a una dificultad previa: para acceder a financiamiento nacional -necesario para cubrir obras que demandarían en total miles de millones de pesos- era preciso encarar la regularización dominial de algunos barrios que surgieron como tomas de tierras, ante el déficit de vivienda acumulado por décadas.
Uno de los casos paradigmáticos es el del barrio Vivero, localizado entre una barda y un cañadón, con difícil acceso y un crecimiento poblacional a través de tomas, muchas veces en sitios riesgosos y no aptos para una residencia segura. La Municipalidad, a través de su Instituto de Tierra y Vivienda, encaró en 2016 un arduo proceso de regularización de lotes que demandó años: las llamadas manzanas A y B hoy incorporadas al barrio, originadas en tomas, requirieron un intenso trabajo junto a las familias. En 2017 lograron firmar las primeras actas de preadjudicación y luego se pudo avanzar en la regularización dominial de lotes. Era el paso necesario para destrabar la posibilidad de concretar financiamiento para obras de infraestructura y servicios esenciales para todo el barrio.
Así fue que Gennuso aprovechó la línea de financiamiento que ofrecía por entonces el Plan Nacional de Hábitat y Vivienda de la Nación, y llevó al barrio el acceso al agua potable, luminarias, pluviales, veredas y cordón cuneta, además de un Centro NIDO (Núcleo de Inclusión y Desarrollo de Oportunidades). Con fondos municipales, se incorporaron también la ampliación de la cocina del Centro Comunitario y la incorporación del barrio al sistema de videovigilancia comunal. Durante 2019, en plena pandemia, se concretó además la ampliación de la red de gas natural, a partir de un proyecto gestionado por el Municipio ante Camuzzi Gas del Sur, y la obra se inauguró en enero de 2020. Actualmente, el Municipio ya está comenzando la ampliación de la red de agua potable para abarcar a los nuevos lotes regularizados, con fondos que solicitó a través del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP). Así y todo, se presentan nuevas dificultades: en los últimos dos años han surgido nuevas tomas de tierras, que lamentablemente se encuentran en un área ambientalmente inviable para la construcción de viviendas por el riesgo que representa la barda del río Ñireco, lo que genera la imposibilidad de llevar servicios esenciales a esos sitios.
Una inversión millonaria para los barrios del Sur
El intendente Gennuso, ante los vaivenes de la política nacional, ha logrado en sus hasta ahora 6 años de gestión tener un vínculo estratégico con las distintas administraciones nacionales: cuando se trata de obras de gran magnitud, el financiamiento federal es clave pues no hay municipio que pueda afrontar la inversión que demanda construir en simultáneo redes completas de gas natural, cloacas, infraestructura de electricidad y agua potable.
Una de sus principales herramientas ha sido el Programa de Mejoramiento de Barrios (PROMEBA), y más recientemente el RENABAP, con su Fondo de Integración Socio Urbana. La clave de estos programas es que la Nación pone el financiamiento, pero el Municipio es quien prioriza las obras, desarrolla los proyectos y gestiona la ejecución.
Hay que tener en cuenta también que, para que muchas de estas obras fueran posibles, fue necesario encarar previamente otras cuestiones: Bariloche debió gestionar la ampliación del Gasoducto Cordillerano para aumentar el abastecimiento de gas natural de cara a los duros inviernos de la cordillera, y también incrementar la capacidad de su planta depuradora y comenzar la construcción de un nuevo mega colector cloacal (actualmente en ejecución desde la Provincia) para llevar saneamiento a cada vez más barrios.
Superando estas dificultades, el Municipio de Bariloche encaró decenas de obras clave en el Sur de la ciudad. Con el PROMEBA se llevó a los barrios más poblados del Alto -El Frutillar, Nuestras Malvinas, Nahuel Hue- obras fundamentales de pluviales para evitar anegamientos y las redes de gas natural, con algunas ya concluidas y otras terminando las conexiones domiciliarias. A El Frutillar, uno de los barrios más antiguos de la zona, la comuna también llevó la ampliación de la red de cloacas, y con fondos municipales construyó el esperado playón deportivo.
Gennuso recientemente licitó también los trabajos para otros cuatro proyectos financiados por el PROMEBA: pluviales en los barrios Omega, El Frutillar y Cooperativa 258, la red cloacal para el barrio Ushuaia y la ampliación del Centro de Desarrollo Infantil “Pequeños Corazones” en el barrio Nuestras Malvinas. Y también está en proceso de licitación la red eléctrica, conexiones domiciliarias y tableros para el barrio 29 de Septiembre, con fondos que el Municipio gestionó a través del Programa de Inclusión Eléctrica Nacional (PROINEN). Y con el RENABAP ya se están encarando las obras de ampliación y presurización de las redes de agua potable en los barrios Arrayanes, Eva Perón, Barda Este y Vivero.
No todo es servicios esenciales: Gennuso también apunta a otro tipo de infraestructura, vinculada con la calidad de vida y el desarrollo integral de los vecinos del Sur de Bariloche. Con fondos propios generados a través de la Ecotasa, invirtió casi 18 millones de pesos en el Paseo del Sur, un recorrido urbano con senda pavimentada, juegos saludables, iluminación LED y parquización, para realizar actividad física y encuentros al aire libre. En la misma dirección, está construyendo otro playón deportivo y un anfiteatro para espectáculos en Sobral y Mange, en pleno corazón del Alto. Y en septiembre de este año comenzó la obra del ambicioso Polivalente: un nuevo edificio ubicado en la Av. Juan Marcos Herman (la entrada Sur de la ciudad), que con dos plantas y 1500 m² de superficie albergará un Centro de Formación en Oficios Digitales y Tecnologías 4.0, espacios de producción alimenticia, un espacio de comercialización para productos de microemprendedores y las renovadas oficinas de la Delegación Municipal Sur.