Está en la Reserva Urbana El Trébol y registra actividad humana de hace 13 mil años. Está siendo relevado por el equipo municipal de Áreas Protegidas y Protección del Patrimonio Histórico. Se trabaja en un proyecto de ordenanza para hacer un mapa de sitios arqueológicos en la ciudad.
Nuestra ciudad alberga el sitio arqueológico que registra la actividad humana más antigua de la zona cordillerana de Argentina. Se trata de un sitio ubicado en la Reserva Urbana El Trébol, y allí se encontraron elementos que indican actividad humana de 13 mil años atrás.
Este hito es uno de los 143 que han sido relevados por la Dirección de Áreas Protegidas y Protección del Patrimonio Histórico, que depende de la Subsecretaría de Medio Ambiente del Municipio, y que incluyen la sistematización de 10.000 piezas recuperadas de distintos lugares.
Luego del trabajo que se llevó a cabo con el relevamiento arqueológico de la calle Mitre —que tuvo como resultado una muestra con el material recuperado y la publicación de un libro— el área dependiente de la Subsecretaría de Medioambiente decidió replicar esta experiencia pero con una perspectiva que involucre a toda la ciudad.
Para ello se armó un equipo de especialistas para llevar adelante esta tarea, que está integrado por la bióloga Gabriela Costa, la arqueóloga Solange Fernández Do Río, la guardaparques Ana Cendoya, bióloga Flavia Quintana y el técnico agricultura y especialista en mapas GIS Sebastián De Paz.
El primer resultado de esta iniciativa fue la presentación del proyecto de Ordenanza Nº 186-19, que establece la “creación y aprobación del inventario, mapas de sitios y de sensibilidad arqueológica de Bariloche”, que ya está siendo tratado en el seno legislativo local. Allí se incluyó a los 143 sitios arqueológicos ya relevados por el equipo.
Esta norma busca poner en valor y lograr una legislación clara de intervención ante hallazgos de sitios arqueológicos e históricos dentro del ejido municipal.
Además, se busca potenciar a Bariloche no sólo desde su aspecto paisajístico natural sino para que pueda convertirse en un polo donde se valorice su cultura, su historia y los integre a sus atractivos turísticos con una mirada responsable y de conservación.
Este proyecto determina una serie de herramientas para poder cumplimentar estos objetivos. Entre ellas, se solicita el reconocimiento de un mapa de distribución de sitios arqueológicos e históricos, y también la aprobación de un mapa de sensibilidad arqueológica de lo relevado hasta el momento.
El proyecto también contempla que este mapa se incorpore como un material técnico válido en la ordenanza Nº 217 de 1989, que regula la realización de estudios de evaluación de impacto ambiental en la ciudad. Además, el proyecto deja abierta la posibilidad de nuevas incorporaciones a través de futuras investigaciones y descubrimientos.