Este emprendimiento turístico familiar funciona desde 1967, y a medida que Bariloche crece como destino busca modernizarse y generar más empleo. “El turismo exige cada vez más”, define Matías Jerman.

Con su aerosilla y su atractiva confitería encaramada en lo alto del Cerro Campanario, con uno de los panoramas más espectaculares de Bariloche, este complejo turístico surgió hace más de 5 décadas como un emprendimiento familiar que invirtió en crecer junto la ciudad. Para Matías Jerman —uno de sus principales referentes y descendiente de una de las tres familias fundadoras—, “hay que mejorar, hay que modernizarse, y el turismo exige cada vez más porque es un turismo diferente, que conoce el mundo, ya no se conforma con lo que era antes, y eso lleva inversión”.
Esto va en línea con uno de los objetivos definidos desde el Municipio para los próximos cuatro años de la gestión: incentivar la inversión del sector privado respecto de la infraestructura turística de Bariloche como una estrategia clave en la generación de empleo. “Fue uno de los puntos principales que marcó Gustavo en su discurso de asunción —sostiene el jefe de Gabinete municipal Marcos Barberis—: necesitamos crecer como destino, mejorar nuestros servicios, romper la estacionalidad, y eso requiere de dos pilares, que son la inversión económica y las personas que ocuparán esos nuevos puestos de trabajo que se van a requerir”.
En el caso del Cerro Campanario, fueron las familias Jerman, Ovrum y Flere las que pusieron en pie la infraestructura que hoy es uno de los principales atractivos de la ciudad, reconocido internacionalmente por sus vistas y su calidad de servicio. Y si bien el complejo Cerro Campanario crece cada vez más, sigue siendo fundamentalmente un emprendimiento familiar, continuado por la segunda y tercera generación de esos apellidos, y con una planta de empleados que también son considerados parte de esa gran familia.
Matías Jerman sostiene que la clave para la generación de empleo en una ciudad turística como Bariloche es la inversión en este tipo de emprendimientos estratégicos: “Esa es la forma más rápida de generar trabajo, no hay otra, es lo que nos puede sacar de lo que estamos viendo que está pasando en el país con el empleo”, reflexiona el referente de Campanario.
Y en ese sentido, remarca la importancia del acompañamiento del Estado: “La inversión se hace si el privado ve que lo que va a hacer es lógico, que no son todas contras, por eso es importante que desde el Estado de alguna manera se incentive a que el sector privado invierta”. Y destaca que desde la Municipalidad “siempre el vínculo fue de apoyo, cada vez que quisimos invertir algo o mejorar el servicio, siempre nos acompañaron”.
“Lo mejor para una empresa es ver que hay más gente, que quienes están trabajando en la empresa están conforme, contentos, que pueden crecer —afirma—. A nuestros empleados generalmente los tenemos con nosotros 20 o 25 años, es una relación que excede la de empleado/empresario, es más estrecho el vínculo. Y da mucho gusto ver cuando ellos están conformes y uno puede generar más empleo”.
Jerman describe el impacto que tiene en la ciudad —y en emprendimientos como el del Cerro Campanario— el enorme crecimiento turístico que tuvo Bariloche en los últimos años, y que incluso se acentuó notablemente en los últimos dos años con la llegada de las aerolíneas low cost.
“Todos tenemos que mejorar en Bariloche lo que estamos ofreciendo al turismo”, expresa el referente de Campanario. El emprendimiento, de hecho, está desarrollando en este momento un proyecto de inversión a corto plazo que buscará modernizar aún más las prestaciones tanto de la aerosilla como de la confitería. “Jerarquizar la parte turística de Bariloche es fundamental —sostiene—. Hoy entre los privados tenemos que jerarquizar el turismo, ofrecerle mejores cosas, que todo lo impresionante que tenemos la persona lo pueda disfrutar mejor al tener un mejor servicio”.
