Este viernes y sábado se podrá disfrutar de dos imperdibles conciertos de coros, junto a La Fragua y Edgardo Lanfré. A beneficio de la Fundación Música Viva, la entrada será libre con colaboración a voluntad.
La Iglesia Catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi será el escenario de dos veladas de la mejor música, que reunirán en total a 10 coros, además del grupo La Fragua y Edgardo Lanfré.
El viernes 29 y el sábado 30 de noviembre, a partir de las 21 hs, se podrá disfrutar de la Misa Sureña, interpretada por el Coral Melipal y el Coro Juvenil Municipal de Bariloche, junto a Edgardo Lanfré (voz y guitarra), Jemima Railaf (voz), Patricia Di Matteo (bajo), Alejandro Fatur (flauta) y Marcela Di Matteo (percusión y accesorios).
Además, habrá 8 formaciones corales que compartirán su música el viernes y el sábado, repartidos en las dos noches: el Coro de Niños Municipal, el Taller Coral de UNTER, el Coro de Cámara Municipal, el Coro Likui, Taller Coral de Adultos Municipal, Gospel Girls, el Coro Sur o No Sur y el Taller Coral de la Alianza Francesa.
Ambos conciertos serán a beneficio de la Fundación Música Viva, por lo que la entrada será libre y con una colaboración a voluntad, para seguir sosteniendo los distintos talleres corales y acciones emprendidas por la Fundación, creando espacios comunitarios para que niños, niñas, adolescentes y adultos desarrollen una mayor conciencia humana a través del arte, el canto y la música.
Misa Sureña, una obra imperdible
Esta obra fue compuesta por Edgardo Lanfré y está basada en distintos momentos de la liturgia (Kyrie, Gloria; Credo, Sanctus y Agnus Dei), respetando los textos originales y musicalizados con ritmos folklóricos de la Patagonia.
La obra, compuesta para solistas vocales, conjunto instrumental y coro, fue arreglada por Rodrigo Dalziel y ofrece una variado repertorio rítmico.
El Kyrie, momento del Perdón, es interpretado sobre la base de Loncomeo, en un juego vocal que alterna Solista y Coro. El Gloria está compuesto sobre la frase “Gloria a Dios en el cielo…”, la cual se repite desde un aire de Triunfo interpretado por un dúo vocal con la base instrumental que alterna con un aire de estilo sureño donde se profundiza el momento de oración, para luego retomar con unas mudanzas de malambo a exaltar la gloria de Dios.
El Credo, momento de exaltación de la fe “Creo en Dios, padre todopoderoso…”, es abordado desde otra forma de Loncomeo, más vehemente que la del Kirie, justamente apuntando a la exaltación de la fe. El Sanctus es un Valse sureño, de los típicos que se interpretan en la Patagonia con guitarra y verduleras y que desde su forma musical sencilla expresa la alegría del hombre de campo de nuestra región. Su presencia rítmica en este momento de la obra, precisamente, se asocia a la alegría del festejo de la santidad. Por último, el Agnus Dei está abordado desde la milonga, ritmo profundo y reflexivo que condice con el recogimiento de nombrar al “cordero de Dios que quita los pecados del mundo” y nos dé la paz.