Hoy es el Día Nacional de Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico, y aprovechamos para contarte sobre esta enfermedad que puede ser especialmente grave en niños de menos de 5 años, ancianos o personas con el sistema inmunológico deprimido. Cuáles son los cuidados que hay que tener para prevenirla, sobre todo en la manipulación de alimentos.
El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad grave transmitida en muchos casos por alimentos, y que afecta particularmente a niños menores de 5 años, ancianos y aquellos que –por padecer otras enfermedades– tienen su sistema inmunológico deprimido. Es muy importante conocerla y saber cómo prevenirla, porque la mayoría de las transmisiones se dan cuando no tenemos el cuidado suficiente en la manipulación de alimentos, sobre todo la carne.
El 19 de agosto fue elegido en Argentina como el Día Nacional de Lucha contra el Síndrome Urémico Hemolítico, a través de la ley Nº 26.926, para concientizar a la comunidad sobre esta enfermedad tan grave pero prevenible. En Bariloche, a través de la ordenanza Nº 2780-CM-2016, adherimos a la ley provincial Nº 5068 que instituye este día en Río Negro.
El SUH es una enfermedad endémica que ocasiona más de 400 casos anuales en nuestro país. Es la principal causa pediátrica de insuficiencia renal aguda y la segunda de insuficiencia renal crónica. La enfermedad es causada en la mayoría de los casos por cepas de la bacteria Escherichia Coli, productora de la toxina Shiga (STEC), que suele estar presente en la materia fecal de animales y personas. Está caracterizada por provocar daño agudo de los riñones, asociado a alteraciones en las células de la sangre: trombocitopenia (reducción de plaquetas, necesarias para formar los coágulos) y anemia (causada por ruptura anormal de glóbulos rojos).
Puede contraerse al consumir agua o alimentos contaminados y mal cocidos, en especial la carne. Así, esta puede ingresar al organismo a través de:
- Las carnes poco cocidas, sobre todo carne picada
- Verduras crudas
- La leche o productos lácteos sin pasteurizar
- La contaminación cruzada (al usar la misma superficie o utensilios para lo crudo y lo cocido)
- El agua no potable
- Las manos contaminadas (contagio de persona a persona)
- El baño en aguas contaminadas
También puede transmitirse por contacto directo con personas o animales infectados, a través de aguas de recreación o entornos medio-ambientales no adecuados. La bacteria es parte de la flora normal del tracto digestivo del ganado, lo que representa un riesgo en las faenas realizadas en condiciones de higiene deficientes. Además, al sobrevivir en la materia fecal puede contaminar los productos de huerta cuando se utilizan aguas contaminadas para el riego y fertilización; y la vestimenta y calzado de quienes realizan tareas rurales o visitas a los campos.
En cuanto a los síntomas, generalmente empieza con diarrea con presencia de sangre, dolores abdominales y vómitos. La persona también puede presentar palidez, alteración de la conciencia, disminución en la eliminación de orina, convulsiones y otros síntomas como hematomas, hemorragias subcutáneas en forma de pequeños puntos rojos (petequias) y coloración amarillenta de la piel (ictericia). Ante la presencia de alguno de estos síntomas en menores de 5 años –pueden estar acompañados de fiebre– se recomienda llevarlos inmediatamente a la consulta médica. En casos extremos puede llegar a provocar la muerte.
No hay tratamiento específico para la enfermedad. Una vez diagnosticado el SUH, un especialista propiciará lo que se denomina “tratamiento de soporte” a fin de contrarrestar los síntomas, en función de la edad, del nivel de gravedad y de la tolerancia a los medicamentos de cada paciente.
Cómo prevenir la enfermedad
Prevenirlo el SUH es tarea de todos, ya que muchas veces las acciones más riesgosas son las actividades cotidianas que hacemos en casa sin cuidados. Te recomendamos seguir siempre estos consejos:
- Lavate las manos con agua y jabón después de ir al baño, antes de comer, después de tocar carne cruda, después de tocar animales y siempre que sea necesario. Enseñale a tus hijos la importancia de lavarse las manos
- En la heladera, es muy importante evitar la contaminación cruzada. Guardá las carnes crudas en envase cerrado separado de los alimentos listos para consumir. También es importante que separes bien las carnes en el freezer, y que no estén en contacto con el hielo
- Cociná bien las carnes de vaca y pollo hasta que no queden rosadas ni jugosas por dentro, ya que la bacteria que causa la enfermedad muere por acción del calor –cocción– a más de 72 °C. Se recomienda tener especial cuidado con la carne picada. Cociná la carne hasta que el jugo sea color marrón, en especial si preparás hamburguesas, albóndigas o cualquier alimento con carne picada
- Evitá que los niños menores de 5 años consuman chacinados y carnes de faenas caseras
- Evitá el contacto entre carne cruda y alimentos listos para consumir. Si hacés asado, no uses los mismos elementos para poner la carne cruda a la parrilla y para retirar la carne cocida ni para preparar ensaladas. Lavá muy bien todos los utensilios de cocina que usaste para preparar alimentos con carne. Usá recipientes y utensilios diferentes (fuentes, cuchillas y tablas de cortar) para manipular alimentos crudos y cocidos, y si no tenés, lavalos minuciosamente entre uso y uso. Evitá las mesadas y tablas de madera.
- No consumas leche sin pasteurizar, mantené las carnes refrigeradas y separadas del resto de los alimentos; después de manipular alimentos crudos lavá con mucha agua caliente y jabón tus manos, mesadas, utensilios y trapos rejillas, y evitá que entren en contacto alimentos cocidos con crudos
- Si comprás carne picada, preferí siempre la que fue procesada en el momento, y consumila rápido; recordá que la carne picada se altera más rápido que un pedazo de carne entera
- No dejes enfriar los alimentos cocidos a temperatura ambiente, ponelos en la heladera lo antes posible
- Lavá y sanitizá las frutas y verduras minuciosamente, especialmente las que se consumen crudas. Para descongelar alimentos, hacelo en una bandeja en la heladera, en el microondas o cocinalos directamente, pero nunca sobre la mesada de la cocina
- Usá agua potable para beber, cocinar y lavar. De no contar con agua potable, vos podés potabilizarla hirviéndola durante cinco minutos o agregándole dos gotitas de lavandina por litro, dejándola reposar media hora antes de usarla o consumirla
- Con fines recreativos bañate solo en aguas seguras
- Si tenés síntomas como diarrea, vómitos o dolor abdominal evitá manipular y preparar alimentos hasta que los síntomas desaparezcan