Estamos construyendo un nuevo espacio en Ruta 40 Sur y Quaglia (ex Dinara). Es un edificio en dos plantas (Planta Alta y Planta Baja) y tiene un total de 1500 mts2. Habrá un Centro de Formación en oficios digitales y Tecnologías 4.0, espacios de producción alimenticia, un espacio de comercialización para productos de microemprendedores, y las renovadas oficinas de la Delegación Sur.
La obra tiene un plazo de ejecución de cuatro meses a partir del 1° de agosto de 2021 y los fondos son aportados por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, a través de las gestiones llevadas adelante por el gobierno municipal. Ya está contratada la estructura metálica a la empresa Metalúrgica S.A., mientras que las vigas y las bases son de la Cooperativa Rucan constituyendo una sinergia positiva entre el Estado, cooperativas y el sector privado para trasformar la ciudad y la vida de nuestra comunidad.
En el marco del Plan Reactivando Bariloche la Secretaría de Producción, Innovación y Empleo, y la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Urbano de la Municipalidad -a las que se sumaron las miradas de otras áreas como la Secretaría de Desarrollo Humano Integral-, trabajaron en los lineamientos estratégicos para impulsar el desarrollo económico y brindar la contención social necesaria para sobrellevar la profunda crisis que ha generado en forma abrupta e inesperada la pandemia, y que se extenderán mucho más allá de ella. Mediante este programa, se proponen iniciativas productivas que favorezcan el trabajo y la inserción de sectores vulnerables, para mejorar la calidad de vida de la población.
A su vez, a nivel municipal, Bariloche tiene una alta concentración de la actividad económica en el sector turístico, dependiente de la estacionalidad, aumentando el riesgo de impactos negativos de magnitud ante situaciones de crisis (económicas, climáticas, sanitarias). Esto enfrenta al municipio al desafío de desarrollar de nuevos sectores productivos y de servicios que sean sostenibles.
En este sentido, el sector de desarrollo tecnológico que ha crecido exponencialmente a partir de la pandemia; no dependen de la localidad, por lo que los servicios pueden ser exportables más allá de Bariloche. Según la Cámara de la Industria Argentina del Software, el número de empleados del sector se ubica en 120.000 personas. Esto representa un incremento de 5.000 respecto de los datos difundidos al cierre del año pasado. Sin embargo, se estima que en el 2021 hay más de 15.000 posiciones de empleo que las empresas no pueden cubrir en el mercado nacional. Aunque la Unión Informática estima que la cantidad de trabajadores en actividad es el doble si se considera al sector público y a los trabajadores informales.
El objetivo del centro es promover la diversificación de la matriz productiva para generar empleo local, mediante el desarrollo de un Centro de Formación en oficios digitales y Tecnologías 4.0, generando así la inclusión de jóvenes en un sector con desempleo negativo. De esta manera se busca brindar a la comunidad de Bariloche una amplia oferta de formaciones dinámicas, orientadas hacia potenciar las habilidades cognoscitivas, técnicas y virtuales de la ciudadanía que posibiliten la igualdad de oportunidades y la inserción en el mundo laboral actual; en diálogo con las necesidades del sector local y regional.
Por otra parte, se buscó generar un espacio que agrupe dos iniciativas productivas alimenticias, una iniciativa de servicios, y una iniciativa comercial, que genere un círculo virtuoso entre la producción y la comercialización de la producción allí generada. Un espacio que permita la continuidad de un proceso productivo conocido, brindando la formalidad que los productores requieren, pudiendo de esta forma aumentar en escala productiva y los ingresos genuinos.
Las cocinas comunitarias son espacios de elaboración de alimentos, a donde diferentes productores pueden ir a realizar su producción en un espacio en donde se cumplen con todos los requisitos bromatológicos y técnicos para la elaboración. De esta forma, es posible avanzar en la habilitación de la producción, evitando los riesgos que la venta ilegal de productos alimenticios genera. Esto permite alcanzar a diversos productores familiares, y permitirles aumentar su capacidad productiva.
La panadería social será un centro productivo que cumple con los requisitos bromatológicos y técnicos para la elaboración de panificados, los mismos serán producidos por individuos o grupos asociativos. Esta producción será comercializada tanto a la Municipalidad, quien compra diariamente gran cantidad de panificados para los distintos centros de atención (jardines maternales, centros de abuelos, centro de mujeres víctimas de violencia, Hogar Emaus – para gente que vive en situación de calle, etc.) como a otros almacenes y comercios de la zona.
Asimismo, podrán comercializar a través del centro de comercialización contiguo. De esta manera, no solo se impulsa un proyecto productivo, sino que se asegura el éxito del mismo, por encontrarse asegurados los canales de comercialización. La eventualidad y fluctuación de la comercialización del microemprendedor, es una de las mayores dificultades de los mismos. Poder contar con un espacio de comercialización de alimentos permanente, de gestión rotativa, donde los productores puedan vender en forma directa su producción, resulta fundamental.