
Su historia es una de esas que devuelven la fe en el amor, la paciencia y las segundas oportunidades.
Desde su ingreso, el equipo de Sanidad Animal se ocupó de su recuperación física y emocional. Lobito había perdido la confianza, pero poco a poco fue dejando atrás el miedo, respondiendo con cariño a cada cuidado y caricia del personal veterinario.
Cuando finalmente estuvo listo para ser adoptado, Daniel, un vecino de Bariloche y amante de los animales, se acercó al área junto a su hija con la intención de sumar un nuevo integrante a la familia.
Desde el primer encuentro, todos notaron algo especial:
“Desde el primer momento se notó una conexión muy especial entre ellos”, contaron desde Sanidad Animal.

Tras varios paseos, juegos y una presentación con Pity, el otro perro de la familia, Lobito empezó a descubrir lo que significa tener un hogar lleno de amor. Con paciencia y dedicación, Daniel y su familia le abrieron las puertas de su casa y su corazón. Luego de verificar las condiciones del domicilio y constatar que todo estaba en orden, la adopción se concretó con enorme alegría.
“Historias como la de Lobito nos llenan de emoción. Cada adopción responsable demuestra que hay muchos vecinos comprometidos y dispuestos a brindar amor y cuidado a los animales que más lo necesitan”, destacaron desde el área municipal.
Hoy, Lobito duerme en una cama tibia, sale a pasear todos los días y ya aprendió que los mimos no se terminan.
Sanidad Animal continúa impulsando la adopción responsable de perros y perras rescatados de situaciones de maltrato animal.
Quienes deseen cambiar una vida, y llenarse de amor a cambio,pueden acercarse al área municipal para conocer a los animales que esperan su oportunidad de tener un hogar para siempre.
