El renacer del Cementerio Municipal: una obra histórica que devuelve dignidad y memoria

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Después de décadas de abandono, el Cementerio Municipal de San Carlos de Bariloche vive una transformación profunda. Las obras que se llevan adelante no solo embellecen el espacio, sino que devuelven seguridad, respeto y tranquilidad a las familias que acuden a honrar a sus seres queridos.


Durante años, el cementerio fue testigo del descuido y el olvido. Caminos desparejos, muros deteriorados y oficinas precarias marcaban el panorama de un lugar que debería ser sinónimo de paz. Hoy, gracias a una decisión política firme y a un trabajo sostenido, ese pasado empieza a quedar atrás.

El avance del muro sobre calle Lengas, que pronto alcanzará Onelli, es un símbolo de esta transformación. Una obra que avanza con rapidez y que los vecinos celebran, porque brinda mayor seguridad a quienes visitan a sus familiares y también a los barrios linderos. Un límite físico, pero también un gesto de cuidado y respeto.

En paralelo, la oficina administrativa fue totalmente refaccionada. Un espacio nuevo, moderno, que ahora incluso cuenta con un baño interno, algo tan básico como necesario y que durante años no existía. La dignidad empieza en los detalles, y este es un ejemplo claro.

El futuro del cementerio también se proyecta en espiritualidad: ya comenzó la preparación para la obra del oratorio, un lugar de recogimiento y encuentro. Allí también llegará agua gracias a la instalación de un tanque de 500 litros que abastecerá a toda la zona administrativa. Un paso esencial para mejorar los servicios.

La seguridad también se reforzó con la incorporación de seis cámaras en la entrada principal, a las que pronto se sumará una cámara domo sobre calle Lengas. Tecnología al servicio de la tranquilidad de los vecinos y de la preservación del lugar.

El embellecimiento es otra de las claves de esta gran obra. Se está pintando todo el edificio del cementerio, que luce renovado y prolijo. Tres esculturas históricas están siendo resaltadas en el marco de este proceso, con la colaboración de la Subsecretaría de Cultura, que trabaja para otorgarles el valor patrimonial y cultural que merecen.

La obra no se detiene allí. Un ambicioso proyecto de iluminación transformará las noches del predio, otorgando claridad y seguridad. Al mismo tiempo, se avanza en un plan de agua que contempla regaderos en cada sector, con llaves de paso y canillas distribuidas estratégicamente.

El compromiso con la limpieza también se ha redoblado. Herramientas municipales y personal capacitado se suman día a día a la tarea de mantener en condiciones este espacio sagrado. La capacitación constante del personal del cementerio es parte de una mirada integral que no deja nada librado al azar.

Vecinos y vecinas expresan su gratitud por estas mejoras que no solo embellecen el lugar, sino que devuelven la tranquilidad a las familias dolientes. La seguridad, la limpieza, la luz y el agua son parte de un mismo gesto: reconocer en el cementerio un espacio de memoria y respeto.

Desde la gestión encabezada por el intendente Walter Cortés, se puso en marcha esta gran obra que muchos creían imposible. Años de abandono quedaron atrás para dar paso a un proceso que devuelve dignidad a los muertos y consuelo a los vivos.

El Cementerio Municipal de Bariloche vive un renacer. Cada ladrillo, cada brocha de pintura, cada metro de caño y cada cámara instalada son parte de un mismo mensaje: nunca más el abandono. Porque la memoria y el respeto también se construyen con obras, y esta es una obra que quedará en la historia de la ciudad.

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