Cuando estuvo lista para dar el siguiente paso, Estrellita ingresó al Programa de Adopciones Responsables.
Fue entonces que Azucena, vecina de la ciudad, se acercó al área y comenzó a interiorizarse en el protocolo de adopción. Durante varias jornadas compartió paseos con Estrellita, generando un vínculo lleno de cariño y confianza.
Azucena, además, tenía otro gran compañero en casa: un noble dogo con condición de sordera. Para garantizar una convivencia armónica, se inició un proceso de adaptación junto al adiestrador canino, en el marco del convenio firmado con la Asociación Civil Dejando Huellas. Gracias a este trabajo, los dos perros se fueron conociendo y convirtiendo en amigos inseparables.
Hoy Estrellita ya camina feliz por las calles de su nuevo barrio y conoció la que será su casa para siempre. Un final feliz que refleja el esfuerzo, la paciencia y el amor de quienes apuestan por la adopción responsable.
El director de Sanidad Animal, Pablo Roque, expresó:
“Queremos agradecer profundamente a los vecinos responsables que se acercan al área a adoptar perros y perras. Cada adopción responsable no solo cambia la vida de un animal, también fortalece la construcción de una comunidad más solidaria y consciente”.