Bariloche se sacudió el frío con calor humano, música potente y una energía que desbordó el Centro Cívico. Este sábado, la Fiesta Nacional de la Nieve se transformó en un festival urbano con la llegada de Tiago PZK, el artista que viene rompiendo esquemas y corazones desde Monte Grande hasta los escenarios más grandes del país.
La jornada arrancó temprano con una grilla local que fue puro fuego. Desde el folclore de Bombo Sur, pasando por el groove de El Gordo Elvis y La Funk Me Up, hasta el trap visceral de DEO 9:11, cada banda y colectivo artístico aportó su magia para que el público se sintiera parte de algo más grande: una celebración de identidad, diversidad y talento.
El escenario mayor se vistió de fiesta, literalmente. Luces, banderas, nieve artificial y una vibra que mezclaba lo barrial con lo internacional. Viernes Papa, El Retoque, RMA, Clover Club, Wannabe Studios, J Soth Side y Nobremvai completaron el line-up con propuestas que cruzan géneros, generaciones y estilos. Bariloche demostró que tiene cultura urbana para rato.
Y cuando el reloj marcó la hora dorada, apareció él: Tiago PZK. Presentado por Patagonia Sin Alcohol, el joven fenómeno del trap argentino subió al escenario con una premisa clara: festejar también es cuidarse. Con ese mensaje, y un show que combinó hits, luces y carisma, Tiago hizo cantar y bailar a miles de personas que coparon el Centro Cívico.
El artista, que ya ha llenado el Movistar Arena y acumula millones de seguidores en redes, desplegó su repertorio con una soltura que mezcla barrio, profesionalismo y emoción. “Salimo’ de noche”, “Casa” y “Bemaste” fueron coreadas como himnos generacionales. Cada verso parecía escrito para ese momento, para esa ciudad, para esa gente.
Pero no todo fue música.
También hubo conciencia. Patagonia Sin Alcohol reforzó su mensaje con presencia activa, propuestas interactivas y una estética que dialoga con el público joven sin subestimar su inteligencia. La fiesta fue fiesta, sí, pero también fue espacio de reflexión y elección.
Residentes y turistas se fundieron en una sola masa vibrante. Familias, adolescentes, adultos mayores, todos compartiendo el mismo beat. Bariloche se convirtió en escenario de una postal que mezcla lo épico con lo íntimo.
Tiago PZK, o Gotti para los más cercanos, no solo dio un show: dio un abrazo musical a una ciudad que lo recibió con los brazos abiertos. Su paso por la Fiesta de la Nieve quedará en la memoria colectiva como uno de esos momentos que definen una época, una generación, una forma de celebrar.
Y así, entre trap, danza urbana, folclore y funk, Bariloche demostró que sabe festejar con estilo, con identidad y con conciencia. Porque cuando la cultura se mezcla con el cuidado, el resultado es una fiesta que no se olvida.
Residentes y turistas se fundieron en una sola masa vibrante. Familias, adolescentes, adultos mayores, todos compartiendo el mismo beat. Bariloche se convirtió en escenario de una postal que mezcla lo épico con lo íntimo.
Tiago PZK, o Gotti para los más cercanos, no solo dio un show: dio un abrazo musical a una ciudad que lo recibió con los brazos abiertos. Su paso por la Fiesta de la Nieve quedará en la memoria colectiva como uno de esos momentos que definen una época, una generación, una forma de celebrar.
Y así, entre trap, danza urbana, folclore y funk, Bariloche demostró que sabe festejar con estilo, con identidad y con conciencia. Porque cuando la cultura se mezcla con el cuidado, el resultado es una fiesta que no se olvida.