Bariloche, en pleno invierno, volvió a demostrar que sabe derretir el frío… con azúcar, chocolate y pasión. Este jueves, el Centro de Eventos y Convenciones BEC se transformó en un templo de la repostería, donde cada creación era un manifiesto de amor por lo dulce.
Organizado por el CET 25 – Escuela de Hotelería y Gastronomía, el tradicional Concurso de Tortas reunió a verdaderos artistas de la pastelería que hicieron vibrar al público con creaciones que desafiaron la imaginación y conquistaron todos los sentidos.
En el centro de la escena, un jurado de lujo encabezado por la reconocida chef y docente Mirta Carabajal -secundada por la enorme Yolanda Altamirano-, evaluó con asombro y admiración cada obra. Hubo chocolate que parecía terciopelo, merengues que se derretían con una mirada, frutas que brillaban como joyas… y detalles tan cuidados que arrancaron más de un suspiro.
El intendente Walter Cortés fue parte de la celebración, recorrió las mesas, dialogó con las y los participantes y destacó el valor de estos encuentros: “Nosotros necesitamos las fiestas nuestras. Tener esa imagen, poder ponerla en escena para el turismo. Encontrarnos nosotros mismos, hablar, tener esta comunión, esta comunión de pueblo que nos identifica. Somos eso, somos Bariloche”, expresó con convicción.
Porque este concurso fue mucho más que una competencia: fue un acto de comunidad y generosidad. Las tortas, verdaderas joyas comestibles, serán donadas a instituciones de Bariloche, llevando alegría y dulzura a rincones donde el invierno puede sentirse un poco más cálido.
En la Fiesta Nacional de la Nieve, el Concurso de Tortas volvió a demostrar que la repostería no es solo una técnica: es arte, es cultura, es pasión compartida. Y, sobre todo, es la forma más dulce que tiene Bariloche de celebrar su identidad. Porque somos Bariloche… y aquí la calidez siempre se sirve en porciones generosas.